Cuando era oscuro, llegué a la aldea de Shih-hao,
Tarde en la noche llegó un oficial a reclutar hombres.
El viejo de la casa se trepó a la pared y huyó,
La vieja abrió la puerta.
¡Cómo explotaba en furia el oficial enojado!
¡Qué amargamente lloraba la mujer! Escuché lo que la mujer decía:
"Tenía tres hijos para la defensa de la ciudad de Yeh.
Sólo uno de los tres me envió una carta,
A los otros dos chicos los mataron en batalla.
El único que queda puede no vivir mucho,
Los muertos se van para siempre.
No hay más hombres en la casa,
Excepto mi nieto que todavía toma el pecho.
Es por él que su madre se queda con nosotros,
Sin embargo, no tiene una pollera entera para salir.
Aunque soy vieja y no tengo fuerzas,
Déjeme ir con usted, oficial.
Para responder a un llamado urgente de Ho-Yang,
Por lo menos puedo cocinar para los soldados".
Más tarde la conversación se detuvo,
Lo que oí fue algo como llanto.
Al amanecer salí para proseguir mi viaje,
Sólo pude decirle "Adiós" al viejo.
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