La Esfera y el Río
Se engaña y engañándose te engaña
sin querer. No ve más que el dolor lento
de las cosas. Ignora el movimiento
de la luz. El ve sólo la montaña.
Es su realidad una maraña
de símbolos, un puro sentimiento
o un sueño donde el sueño es pensamiento,
cristal de tiempo que la sangre empaña.
Ojo burlado y burlador, tu instante,
tu fragmento de certidumbre inerte
no ve sino diamante en el diamante.
Tú sabes lo que sabes al no verte
e ignoras lo que ignora el nigromante,
lo que ignora la vida de la muerte.
Mecánica de los Cuerpos
Acaricio tus formas
suaves
como dunas
que no hay;
beso tus pezones
enhiestos y rosados
como un amanecer.
Tu cuerpo, emblema
crepitante;
mi alma
tiembla
al puro estado de belleza.
Tus ojos.
Reposa en ti el impulso
de una corriente
azul. Desciende
a mí
tu voz.
La armonía
conquista los espacios
del tiempo
inasequible.
Dilución del Puñal
Desciende
soñándose
perverso,
rasga el aire,
se desliza,
corta el
agua y
cae,
contempla
su caída,
inventa
animalitos
de ternura,
recuerda
ríos de amor
bajo la noche
poblada de
leones,
brilla
en el papel
de estaño,
envuelve
lunas, se
hunde en
el espejo;
al otro
lado del
cristal
gira,
lenta,
su muer
te.
La san
gre se
diluye
en el
pai
sa
j
e
Desciende
soñándose
perverso,
rasga el aire,
se desliza,
corta el
agua y
cae,
contempla
su caída,
inventa
animalitos
de ternura,
recuerda
ríos de amor
bajo la noche
poblada de
leones,
brilla
en el papel
de estaño,
envuelve
lunas, se
hunde en
el espejo;
al otro
lado del
cristal
gira,
lenta,
su muer
te.
La san
gre se
diluye
en el
pai
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j
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