Me purifico con el agua
del estanque.
Mi corazón está en paz
libre del polvo del mundo.
Recojo reverente las escrituras
de hojas de palmera
Y me encamino a leerlas
en el pabellón oriental.
Aunque leo, nada encuentro
que calme mi ansiedad.
Un sórdido materialismo
es lo que el mundo persigue.
En vano busco en las escrituras
una respuesta del cielo.
¿Cómo podría lograr
la comprensión perfecta?
El hombre iluminado busca la paz
en los recintos sagrados
Donde el color del musgo se confunde
con el verde intenso del bambú.
El sol se deja ver
a través de la niebla.
Los verdes pinos reverdecen
ungidos por el rocío.
Con la mente en calma abandono
la palabra escrita y hablada,
Y hallo una profunda dicha
en la Iluminación.
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