Patológicos putos de la pasión humana
y de la irrevocable falacia patética
os convoco a un vuelo rasante sobre jardines
abiertos a la danza del espacio y el tiempo.
A la sombra propicia y
temperada de vuestras alas
cobijo mis anhelos frustrados
y atesoro el recuerdo quejumbroso
de mi madre dormida en el sollozo del agua.
Yo habitaba ese lugar ¡pasionales amigos!
donde ahora aúllan las piedras
y el oso dormido baila en el viento
y diviso por última vez el perfil tutelar
de mi padre en la roca del valle que llora.
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