domingo, julio 08, 2007

«Las Filas», de Mahoma

Fragmento





SURA XXXVII
LAS FILAS [1]

Dado en la Meca – 182 versículos

En nombre del Dios clemente y misericordioso


1. Lo juro por los que están ordenados en filas, [2]
2. Y que rechazan para reprimir
3. Y que recitan las palabras del Corán para exhortar.
4. En verdad, vuestro Dios es uno,
5. Soberano de los cielos y de la tierra, de todo Lo que hay entre ellos, y soberano de los orientes.[3]
6. Hemos ornado el cielo más inmediato a la tierra con un adorno de estrellas.[4]
7. Sirven también de guardia contra todo demonio rebelde,
8. A fin de que ellos (los demonios) no vengan a escuchar lo que pasa en la asamblea sublime (pues son asaltados por todas partes),
9. Rechazados y entregados a un suplicio permanente.
10. El que se acercase hasta coger a hurtadillas algunas palabras, es herido por un dardo ardiente.[5]
11. Pregúntales (a los infieles) quién es de una creación más fuerte: ellos o aquellos a quienes hemos creado (los ángeles y los cielos). Nosotros hemos creado a los hombres de barro duro.
12. Tú admiras el poder de Dios y ellos se mofan de él.
13. Si se les exhorta, no lo tienen en cuenta para nada;
14. Si ven un signo de advertencia, se ríen de él.
15. Dicen: Es magia averiada.
16. Muertos, convertidos en polvo, ¿vamos a ser reanimados?
17. ¿Y lo serán también nuestros padres los antiguos?
18. Diles: Sí, y seréis cubiertos de oprobio.
19. La trompeta sonará una sola vez, y ellos se levantarán de sus tumbas y mirarán a todas partes.
20. ¡Desgraciados de nosotros!, exclamarán; es el día de la retri­bución.
21. -Es el día de la decisión, se les dirá, aquel día que tratabais de quimera.
22. Reunid, dirá Dios a los ejecutores de sus órdenes; a los impíos y a sus compañeros y las divinidades que adoraban
23. Al lado de Dios, y dirigidlos por el camino del infierno.
24. Detenedles, serán interrogados.
25. ¿Por qué, pues, no os prestáis auxilio (vosotros y vuestros dioses)?
26. Pero ese día se someterán al juicio de Dios.
27. Entonces se acercarán unos a otros y se harán mutuos reproches.
28. Vosotros veníais a nosotros del lado derecho[6], dirán a sus seductores.
29. ‑No; es más bien que vosotros no habéis querido creer, res­ponderán los otros; pues no teníamos ningún poder sobre vosotros. Es más bien que erais unos perversos.
30. La palabra de nuestro Señor se ha verificado, pues, sobre nosotros[7], y vamos a probar el suplicio.
31. Os hemos extraviado, pues nosotros mismos lo estábamos.
32. Así es como ese día serán asociados y confundidos en un mismo suplicio.
33. Así es como trataremos a los culpables.
34. Porque, cuando se les decía: No hay más Dios que Dios, se henchían de orgullo.
35. Y decían: ¿Abandonaremos a nuestros dioses por un poeta loco?
36. No. ‑Os trae la verdad y confirma a los apóstoles anteriores.
37. En verdad, sufriréis el castigo doloroso.
38. Sólo seréis retribuidos según vuestras obras.
39. Pero los fieles servidores de Dios
40. Recibirán ciertos dones preciosos,
41. Frutos deliciosos, y serán honrados
42. En los jardines de las delicias,
43. Descansando en sus asientos y mirándose cara a cara.
44. Se hará circular en torno la copa llena de una agua
45. Límpida, verdaderas delicias para los que la beban
46. No ofuscará su razón ni los embriagará
47. Tendrán vírgenes de mirada modesta[8] de grandes ojos negros, y semejantes por su tez a los huevos de avestruz escondidos con cui­dado.[9]
48. Se acercarán unos a otros y se harán preguntas.
49. Uno dirá: Yo tenía un amigo en la tierra
50. Me preguntaba a menudo: ¿Consideras la resurrección como una verdad?
51. ¿Sería posible que fuésemos juzgados una vez que estemos muertos y convertidos en polvo y huesos?
52. Dirá luego: ¿Queréis mirar allá abajo?
53. Mirarán y verán el fondo del infierno.
54. El justo dirá: Juro por Dios que estuviste a punto de causar mi perdición.[10]
55. A no ser por la misericordia de Dios, habría sido del núme­ro de los que comparecen ante él.
56. ¿Sufriremos aún otra suerte,
57. Además de la que hemos sufrido? ¿Seremos entregados al suplicio?.[11]
58. En verdad, es una dicha esta que gozamos.
59. ¡A la obra, trabajadores!, para ganar otra análoga.
60. ¿Vale más esto como comida, o bien el árbol de Dakkun?
61. Hemos hecho de ello un motivo de disputa para los mal­vados.
62. Es un árbol que brota desde el fondo del infierno.
63. Sus cimas son como si fuesen cabezas de demonios.
64. Los réprobos serán alimentados con él y se llenarán el vientre.
65. Detrás beberán agua hirviendo,
66. Y luego volverán al fondo del infierno.







[1] El título de este sura es: Que se enfilan en orden, palabras del primer versículo.


[2] Según los comentadores, esto se refiere a los ángeles que se ponen en ordenadas filas para cantar alabanzas al Señor, recitar el Corán y ejecutar las órdenes que Dios les da de rechazar a los demonios o de reprimir a los criminales recitándoles las palabras del Corán, etc.

[3] Admitiendo varios mundos, Mahoma admite varios orientes y varios occi­dentes.

[4] Según la cosmogonía de Mahoma, hay siete cielos que forman círculos concéntricos; encima de estos cielos está el cielo puro sin estrellas; allí está el trono de la majestad divina, zelarch.

[5] Los genios procuran penetrar en el cielo y se acercan a él para escuchar lo que allí se dice; los ángeles lanzan contra ellos dardos inflamados; así explican los mahometanos la lluvia de estrellas.

[6] Siendo el lado derecho de buen augurio, estas palabras pueden ser entendidas así: Veníais a nosotros con la apariencia de la verdad.

[7] Es la frase: Llenan el infierno de hombres y de genios.

[8] Literalmente, cortas de mirada, es decir, sus miradas no llegarán más allá de sus esposos.

[9] La tez de estas bellezas es comparada con los huevos de avestruz a causa de su blancura mezclada de un tinte pajizo, mezcla que constituye la encarnación más hermosa y que, como los huevos de avestruz escondidos con cuidado en la arena, no está empañada por el aire ni por el polvo.

[10] Esto quiere decir que a veces nuestros amigos en este mundo nos arrastran a la pérdida de la salvación eterna.

[11] Este hombre, uno de los bienhechores, duda casi de su dicha, y al ver a su amigo en el infierno, se pregunta: ¿Estoy realmente en posesión de una mansión eterna? ¿No será ya necesario morir ni sufrir suplicio?












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