martes, mayo 01, 2007

“Aforismos”, de Georg Christoph Lichtenberg





- Es una lástima que no sea posible observar las sabias entrañas de los literatos para averiguar de qué se alimentaron.

- La mayor parte de las enseñanzas morales de Kant, ¿no serán el producto de la vejez, en la que las pasiones se debilitan y no queda más que la razón? Si el hombre muriese en la plenitud de su fuerza, ¿cuáles serían las consecuencias para el mundo? De la reposada sabiduría de la edad surgen extrañas elaboraciones. ¿No habrá alguna vez un Estado que sacrifique a los hombres a los cuarenta y cinco años?

- Es posible que un perro o un elefante borracho tengan, antes de irse a dormir, ideas que no serían indignas de un maestro de filosofía. Pero les resultan inútiles y son expulsadas por sus sistemas sensoriales demasiado excitables.

- El hombre es una obra maestra de la naturaleza por el solo hecho de que, con toda terquedad, cree actuar como un ser libre.

- Las más peligrosas de las mentiras son verdades ligeramente desfiguradas.

- Nada contribuye tanto a la paz del alma como no tener ninguna opinión.

- Era un hombre tan inteligente que ya no servía para nada.

- Hoy se intenta difundir la sabiduría en todas partes. ¿Quién sabe si dentro de algunos siglos no existirán universidades cuyo fin sea el restablecimiento de la antigua ignorancia?

- Hay gente incapaz de oír hasta que se le cortan las orejas.

- Si el tañido de las campanas contribuye al reposo de los muertos, no lo sé; para los vivos es abominable.

- La autopsia no permite descubrir las enfermedades que desaparecen con la muerte.

- Era uno de esos negros esclavos en las plantaciones de la literatura.

- Las palabras que el autómata de Kempelen pronuncia más claramente son Papa y Roma. Curioso, diría un jesuita.

- En Brunschwig se vendió en venta pública, por una importante suma, un tocado confeccionado con los cabellos íntimos de una doncella.

- Las dos mujeres se abrazaron públicamente y permanecieron unidas como dos víboras in coitu. Errar es humano, en este sentido: los animales casi nunca se equivocan, salvo los más inteligentes.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué rico leer esto antes de dormir!
:)

Sí, de verdad que el almita está más tranquila cuando no hay que opinar, je

Ya es primero, así que un saludo conceptuoso a todos los obreros sacrificados de este blog (que sinceramente es de lo mejorcito que hay...sobre todo porque no tiene esas pretensiones ridículas de otros sitios)

Y sigan luchando (como dice Villavicencio)...
al más puro estilo Literatura o Muerte, venceremos! xD

Anónimo dijo...

Pues yo me quedo tranquilo con mi Alma