jueves, agosto 01, 2013

"Las linternas flotantes", de Mercedes Roffé

Fragmento


VI


La luz se hizo.
¿Quién ha de dudarlo?
Y los pastos y los cielos y los mares.

Sutil aquel que separó
el azul del azul
el día de la noche
el verde metálico del atardecer
del verde-vida del prado.

Vida sutil.
El Ángel vela
herido en su costado.

Brutal.
Brutal también.
¿Quién podría negarlo? ¿Quién
dudará que hay
                      sangre
mucha
sangre
murano derramado
por la tierra-muro blanca sombra
oh muro-mundo siempre
herido
siempre
perfecto          henchido
en el cristal-aleph de un devenir
silencioso y perfecto
                                 siempre
en otro lado?

El Ángel-Número.
Cifra perfecta, infinita, feliz
concatenación
de aleatoriedades
—sin origen ni fin—.
Ochocientos billones de blancos
pétalos bienolientes tiene
el jazmín de lo real
—abierto y entregado.
emanación del loto originario
partícula
           de blanca fe

Jazmín-noúmeno.
Sinergético loto
de ocho y tantos billones
de pétalos bienolientes,
heridos y entregados.

¿Qué fue antes:
el loto o el jazmín?
¿Por qué caminos vamos
si hay camino
—tiempo herido en su costado?
¿Hay antes y después?
¿Sendero hay?
Hay un aleph-cristal perfecto
ensangrentado.
Completud de tallas convergentes hay
y en el centro el vacío.








2009













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