La obispa Lynn hace medio siglo
que vive
en Playamuertos
pero no dice
ni pío
más que en inglés.
Se ha empeñado en no saber nada
más
y ha triunfado.
La obispa Lynn no se quiere mezclar,
aplatanarse.
Por eso
aunque se muera de calor
toma su té caliente
cada tarde a las cinco.
Por eso aunque se muera de calor
cada día pasa el rastrillo
por su jardincito
recortado y simétrico
donde sólo deja crecer
hierbita verde
recortadita
y rosas de marca:
pena de muerte a las flores indígenas
transgresoras:
flamboyanes, orquídeas,
buganvillas
y otras malas hierbas.
Por eso, aunque se muera de calor
juega al tenis cada mediodía
y sólo se relaciona con la tía
del cónsul de El Salvador.
La obispa Lynn no quiere aplatanarse
pero un día se va a morir
y ya veremos quién vencerá.
en Exili a Playamuertos, 1961

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