Versión de Juan Carlos Villavicencio
Cultivar el espíritu
implica renunciar a cualquier cargo;
tu nombre sólo ha de coronar
la Biblioteca donde se Reúnen los Sabios.
Habiendo viajado de manera excelente
por la provincia de las letras,
ríes y charlas, al frente
del carruaje del servicio imperial.
En la mañana de la corte, dejas caer
las túnicas taoístas de plumas de grulla,
aunque en el lugar para dormir
cuelguen mapas de varias montañas.
Cuando este monje del río
esté libre para una visita solitaria,
entonces hablaremos
de bosques,
de manantiales.
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