Versión de Juan Carlos Villavicencio
Reflejándose
en el lago,
los tintes de las montañas se desvanecen.
¿Cómo podría angustiarme
el polvo de este mundo?
Lejos, lejos,
el color de la niebla y de las olas.
Verde, verde,
la sombra de las nubes y los árboles.
Es peligroso el camino rocoso
cubierto de musgo.
Muy lejos de la Fuente de los Duraznos
ladra un perro.
Ahí un rey sabio
obra según su mente ociosa.
Cuando brotan las flores
incluso las celebra brindando solo.
Cuando caen,
entona poesía en su misma soledad.
Crecen hierbas preciosas
en el patio abandonado.
Bajo los árboles sombríos
cantan los pájaros inmortales.
No te he visto
durante tres años.
Un humilde arrepentimiento
invade mi corazón vacío.
Finalmente
cuando la luna de otoño brille,
cabalgaré sobre esta inspiración,
te iré a visitar.
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