Avanzada la primavera,
el paisaje me llena de tristeza.
Lo contemplo detrás de la baranda,
y nada de lo que veo me alivia.
Agradable viento suave.
Sol templado y cariñoso.
Envidio a las golondrinas
y orioles en parejas,
que disfrutan cantando.
Vuelvo a mi aposento.
No elevo la cortina:
Me dan mucha pena
las flores caídas
que cubren el patio.
No quiero ver tampoco el llano
que se extiende a la lejanía:
Por allí se ha marchado mi amado.
en Poesía clásica china, 2001
Versión de Aciro Luménics
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