Cuando nació Confucio, un unicornio recorrió la comarca. Por la forma y el tamaño parecía un buey. La madre del Maestro ató en el cuerno del animal una cinta. Setenta y siete años después el unicornio reapareció y lo mataron; la cinta estaba rota.
Confucio dijo:
—El unicornio ha vuelto; han pasado los años; el día de mi muerte está próximo.
en L’Empire Chinois, 1850
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