sábado, diciembre 10, 2022

«Visitando el Acantilado de las Estrellas», de Wu Wenying

Versión de Juan Carlos Villavicencio



 

La niebla se extiende tan lejos como hasta donde la vista alcanza.
¿Cuándo fue que cayó esta gran estrella del cielo azul?
Se transformó en un acantilado verde con árboles como nubes,
con glorietas doradas construidas para una hermosa dama 
en el gran palacio de Wu, que ahora apenas son tristes escombros.
En el Camino de la Flecha fueron heridos sus ojos por el aire frío,
y por las enrojecidas aguas teñidas por las dulces flores caídas.
Las hojas yacen sobre la tierra hueca,
es el sonido del otoño,
y me parece haber escuchado los pasos de la dama en sus pantuflas.
En el gran palacio de Wu, el rey dormía borracho,
mientras el cansado ermitaño en el lago
pescando a solas se mantenía despierto.
En vano ruego al cielo silencioso,
que mi cabello se vuelva gris frente a estas montañas verdes.
El cielo se ve reflejado en el agua
al apoyarse en las altas barandillas,
mientras veo cuervos dispersarse en la orilla al ponerse el sol.
Alto y fuerte pido vino,
y me paro en la Terraza del Laúd donde no hay nadie
salvo el otoño alto y solitario como una nube.









El Acantilado de las Estrellas está situado al oeste de Suzhou, capital del antiguo Reino de Wu (c.200 a.C.). El rey de Wu construyó un palacio en el Acantilado con una glorieta dorada para su amante favorita, Xi Shi, y bebió con ella en la Galería de la Tierra Hueca, al lado de Camino de la Flecha o en Terraza del Laúd. Finalmente, su reino fue conquistado por el rey de Yue y el general Fan Lu quien, después de la conquista de Wu, se retiró como ermitaño a la orilla del lago y vivió junto con la bella dama Xi Shi.














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