Versión de Juan Carlos Villavicencio
Escrito para Chen Liang
Borracho, encendí mi lámpara para ver mi cuchilla;
ya despierto, escuché los cuernos sonar de tienda en tienda
bajo nuestras banderas, mientras la carne asada
fue devorada por nuestros guerreros valientes
y los aires marciales fueron tocados por cincuenta instrumentos.
Esa fue nuestra maniobra de otoño en el campo.
Sobre su gallardo corcel
corriendo a toda velocidad,
dispararíamos con arcos vibrando.
Recuperando para el soberano la tierra perdida,
sería fama eterna la que ganaríamos.
Pero cómo se va haciendo cano nuestro pelo…
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