Ofrecidas a todo espectador
las fotografías pretenden
rehacer el paisaje.
Tocar sus entrañas
apoyadas en la ceguera del ojo.
Multiplicar las sombras: grande es la seducción
de los reflejos.
Disociar la unidad: se hace eco
ficción de lo disímil
Dejar los negativos: quitar las manchas.
Pero la mente tiene también su cuarto oscuro
la mano del orfebre puede sustituir la copia
en el otro montaje
secuencia a secuencia lámina a lámina
el trazo del deterioro la rotura
cualquier espasmo: el peso exacto
de una libra de carne
el gran vigía
que no deja descansar la rueda de las parcas
deshizo todos los nudos
para dotar al ojo único
del andamiaje entero.
en Vía pública, 1984
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