sábado, noviembre 13, 2021

«En la torre junto al río en Jiankang», de Xin Qiji

Versión de Juan Carlos Villavicencio





Una pintura de otoño a lo largo del cielo del Sur,
mientras el agua sin límites se extendió para encontrarse con el cielo.
Miro hacia las lejanas colinas del Norte
como conchas en espiral o un peinado decorado con jade,
que tanto dolor y odio desbordan.
Apoyado al atardecer en la balaustrada
y escuchando el canto de un cisne solitario
–un vagabundo en la tierra del Sur–
miro mi larga y preciosa espada
y golpeo todas las barandillas con mi puño,
pero nadie sabe por qué
subo a lo alto de esta torre.

No pido comida:
para mí un durazno es suficiente.
Cuando soplen los vientos del Oeste,
¿por qué no decido volver a casa?
Me avergonzaría ver al patriota que fui
si me retirara a buscar refugio y tierra.
Suspiro por el paso de los años que no puedo retener;
ante el viento fuerte y la lluvia cegadora
incluso un viejo árbol sufre.
¿Y a quién podría pedirle
secar mis lágrimas
con sus mangas verdes o su pañuelo rosa?














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