Corren las palomas
en su vuelo
y el tren se detiene
en una puerta.
Las ciudades son espejos,
relámpagos de olvido,
catapultas.
Las calles no terminan.
Las ciudades no son un laberinto,
son la entrada al desierto de los cuartos,
al cadáver de sal,
al arquitecto.
en su vuelo
y el tren se detiene
en una puerta.
relámpagos de olvido,
catapultas.
son la entrada al desierto de los cuartos,
al cadáver de sal,
al arquitecto.
en Por ínsulas extrañas, 1982
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