Versión de Juan Carlos Villavicencio

El incienso arde como el oro
el incensario ahora frío,
la colcha sobre la cama
se extiende como un mar de olas rojas.
Me levanto, pero todavía cansada, no me peino,
ni quito el polvo a mi tocador.
Ahora el sol cuelga de los ganchos de las cortinas.
Me da miedo recordar tu mirada al despedirte.
Tengo mucho que decir, pero callo tan pronto empiezo.
Estoy adelgazando.
Ni es culpa del vino
ni es por el triste otoño que extraño.
¡Termina! ¡Termina!
No importa qué canciones de despedida volvamos a entonar,
no podremos retenerte
una vez que hayas decidido partir.
Lejos, muy lejos pasas tus días;
aquí mi pérgola ha sido ahogada por la bruma.
Al frente hay un arroyo corriendo
que nunca podrá olvidar mi nostálgica mirada.
A partir de ahora,
un gran dolor crecerá en el lugar
al que observo todo el tiempo con la mirada vacía.
Pintura original de Lin Fengmian
No hay comentarios.:
Publicar un comentario