Los
placeres de la vejez
son las pequeñas aventuras
de la imaginación.
Un rostro hermoso nos recuerda a otro
tan amado hace tanto tiempo,
y nos consolamos
diciendo “soy joven otra vez”.
son las pequeñas aventuras
de la imaginación.
Un rostro hermoso nos recuerda a otro
tan amado hace tanto tiempo,
y nos consolamos
diciendo “soy joven otra vez”.
en Figuras
del original (Antología), 2006
Traducción de Marcelo Pellegrini
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