El
hijo de puta no dejaba de ser cómico y no nos perdíamos ninguno de sus
discursos. Tenían algo espantonsamente divertido. Sobre todo tres: cuando dictó
una ley donde se igualaba la jubilación de los empleados y de los obreros,
cuando respondió a una petición de amnistía y cuando inauguró un nuevo año
judicial. Las frases fueron:
1. Porque de ahora en adelante, señores, en Chile todos somos iguales, comenzando por este Presidente que desde arriba os habla.
2. Pero amnistía no, Medina, el que pecó, pecó.
3. Antes de hablar, señores, voy a decir algunas palabras.
Y después dicen que el gran hijo de puta no tenía gracia. A mí me mataron al amanecer, al lado de una carretera. Me hicieron pulpa.
Pero antes sí que me hizo reír el muy hijo de puta.
1. Porque de ahora en adelante, señores, en Chile todos somos iguales, comenzando por este Presidente que desde arriba os habla.
2. Pero amnistía no, Medina, el que pecó, pecó.
3. Antes de hablar, señores, voy a decir algunas palabras.
Y después dicen que el gran hijo de puta no tenía gracia. A mí me mataron al amanecer, al lado de una carretera. Me hicieron pulpa.
Pero antes sí que me hizo reír el muy hijo de puta.
Golpeando, golpeando las
puertas del cielo
Golpeando, golpeando las
puertas del cielo
en Tu vida rompiéndose
(Antología personal), 2015
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