domingo, enero 31, 2021

“Lenguaje”, de Carlos Almonte





De su boca emergió la sangre, en el derrumbe permanente y el contagio. Esperó a sentarse junto al agua y escuchar la concesión de un lejano golpe. Quiso revertir el tiempo, regresar y contemplar esa silueta sobre el muro adoquinado. Recostó su cuerpo y bebió la pócima. El tiempo se apagó, así también sus otros nombres. Agitó la esfera roja que instalaron en sus manos. El rito se renueva, todo símbolo se obstruye, escribe con sudor, y el papel gastado se deshace bajo el propio efecto del sentido esquivo. Intenta recordar. Sin embargo, abatido por completo, camina hacia la veta más cercana al frío.
 
 
 
Texto basado en el fragmento “Le Langage”, de la obra Fragments pour Artaud (1970), de Pierre Henry. Este poema es parte de la obra Breaking Glass, escrita en colaboración con Juan Carlos Villavicencio
 
 
 
en Breaking Glass, 2013
Foto: Pierre Henry con el phonogene (1951), Serge Lido












sábado, enero 30, 2021

“Recuerdo el río azul”, de Mei Yao Ch’en





La luna tiene un halo, va a soplar el viento.
Los barqueros conversan en la noche.
Al amanecer, un fuerte viento hincha las velas.
Abandonamos la orilla
            y corremos sobre las blancas olas.
De nada me sirve estar aquí, en la tierra de Wu.
Mi sueño y mi deseo están allá, en Ch’ou.
Soñé que un día
            ella me acompañaría en este viaje
            y ahora es polvo.
 
 
 
en Cien poemas chinos, 2001
Antologador: Kenneth Rexroth
Traducción: Carlos Manzano












viernes, enero 29, 2021

“Fuente Neptuno”, de Elvira Hernández





Te tomo la palabra. ¡Bah! ¡Qué haces aquí! Esto es peor que cruzar la Avenida Cardenal Caro. O que Escilas y Caribdis en seco. No se respira el salobre mar sino amoníaco puro. Amén del monóxido y el hollín por mil. Es el Novus Orbis vomitado: Ngechén en la Cruz y en la picana. Es la noche bajo el tridente, dando tumbos por las escalinatas, por la Escala Única sin un peso en los bolsillos. Pronto aparecerán tus pescados de acá, la corte milagrosa para el Mirón del Cerro. Los príncipes del peñascazo se quedarán en las laderas salivando un pito. Las reinas de la noche pasarán derecho al fornicatorio. Los caminos yacen atestados y el cerro se mueve como un pulpo. Los reyes del sablazo establecen pronto sus capitales. Los vampiros tienen puestos sus guantes de gasa. El Mohicano encendió su fogata y yo he lanzado mis cupidos a más no poder. Es mi única transacción la que se pierde en el aire, un chorro sin destino. Mojo la cara en tus aguas y no logro quitarme la sarna de maldito. Nunca tuve proposiciones que hacerle a la vida.



en Santiago Waria, 1992
Foto: Jorge Sánchez