Las
aguas otoñales del lago
se
confunden con el cielo.
Una
tenue bruma envuelve
el
inmenso llano en los contornos.
La
ciudad de Yueyang se mece
en
las aguas cabrilleantes.
Quería
cruzar el lago,
mas
no hallo bote ni barco.
Me
avergüenza estar ocioso
en esta
época de paz y progreso.
Lo
único que puedo hacer
es
sentarme a contemplar
aquí,
con admiración y gozo,
a los
pescadores tan absortos.
Poema enviado al primer ministro Zhang,
desde el lago Dongting
en
Poesía clásica china, 2001
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