¿Por
qué no nos alegramos hoy
de que ya se ha acabado la guerra?
Olvidemos
nuestras preocupaciones,
la
vida merece ser vivida.
Respuesta:
-Si
tú puedes escapar a los impuestos de tu distrito,
yo no
puedo librarme del servicio militar del mío.
Cuando
un distrito está en bancarrota
puedes
irte a otro.
¿Adónde
podré ir yo?
Entonces,
elígeme buenas ropas y comida y bebida;
no
pensemos en los años que vendrán.
Sentémonos
y dejemos correr nuestra alegría.
en Poesía
china, 1960
Selección, traducción y prólogo a cargo de
Rafael Alberti y María Teresa León
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