lunes, marzo 30, 2020
«Intentando hablar con un nombre», de Adrienne Rich
Afuera, en el desierto, estamos probando bombas,
por eso hemos venido aquí.
A veces siento un manantial
abriendo camino entre acantilados deformes
un ángulo agudo de entendimiento
moviéndose como el foco del sol
en este escenario condenado.
Lo que hemos tenido que perder para llegar hasta aquí –
colecciones enteras de elepés, películas que protagonizamos
rodadas en el vecindario, mostradores de reposterías
repletos de secas galletas judías rellenas de chocolate,
el idioma de las cartas de amor, de las notas de suicidio,
tardes en la ribera
fingiendo ser niños
Al venir hasta este desierto
pretendíamos cambiar la mueca de
conducir entre verdes pálidos cactus
caminando a mediodía en la ciudad fantasma
rodeados por un silencio
que suena como el silencio del lugar
pero que vino con nosotros
y nos es conocido
y todo lo que dijimos hasta ahora
era un esfuerzo por correr un tupido velo –
Al venir hasta aquí estamos enfrentándolo
Aquí fuera me siento más inútil
contigo que sin ti
Mencionas el peligro
y enumeras el equipo
hablamos de personas que se cuidan unos a otros
en emergencias – laceración, sed –
pero tú me miras como una emergencia
Tu calor seco se siente como un poder
tus ojos son estrellas de una magnitud distinta
reflejan luces que deletrean: SALIDA
cuando te levantas y caminas de un lado a otro
hablando del peligro
como si no fuésemos nosotros
como si estuviésemos probando cualquier otra cosa.
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