Las montañas, que están toda la vida en su lugar,
aplastan las distancias.
El espacio es solo para un color, el blanco.
Para el séptimo día no hay contratos.
A éste, que tiene el mismo nombre que aquél,
y al otro, que tiene el mismo nombre que tú,
les falta electricidad.
Todo estatus mitológico es pan.
Por eso le cortaremos la arteria a la tierra,
que es hueca y está rodeada de paredes,
tapices de hierba, para que escape el aire.
Que el bocadillo se lo devoren los gigantes.
en
Las montañas que están toda la vida
(Antología), 2004
Versión
de Pablo J. Fajdiga
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