miércoles, agosto 29, 2018

“El gran masturbador”, de Salvador Dalí




 
Fragmento

A pesar de la oscuridad reinante
la noche estaba en sus comienzos
en los bordes de las grandes escalinatas de ágata
donde
fatigado por la luz del día
que duraba desde la salida del sol
el gran Masturbador
su inmensa nariz apoyada sobre el piso de ónix
sus enormes párpados cerrados
la frente corroída por horribles arrugas
y el cuello hinchado por el célebre forúnculo
que bulle de hormigas
se inmoviliza
extático en ese instante del crepúsculo
todavía demasiado luminoso
mientras la membrana que recubre enteramente su boca
se endurece a lo largo de la angustiosa
de la enorme langosta aferrada
inmóvil y apretada contra ella
desde hace cuatro días y cinco noches.
Todo el amor y toda la embriaguez
del gran Masturbador
residía en los crueles ornamentos de oro falso
que recrubren sus sienes delicadas y blandas
e imitanla forma de una corona imperial
cuyas finas hojas de acanto bronceado
se prolonganhasta las mejillas rosadas e imberbes
y continúan sus fibras duras
hasta fundirlas
en el alabastro claro de su nuca.



en Antología de la Poesía Surrealista, 1961

Aldo Pellegrini, antologador

Originalmente en La femme visible, 1930












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