La plateada luz de las velas
imprime, en esta noche otoñal,
frialdad a las pinturas del biombo.
Abanicos de seda en mano,
las doncellas cazan luciérnagas
que vuelan de aquí para allá.
Frescas están como el agua de las gradas.
En ellas se sientan a contemplar
las estrellas Boyero y Tejedora*.
* Según la leyenda, son dos estrellas que representan una
pareja de enamorados. Como su unión fue contra la voluntad del Emperador del Cielo,
éste las castiga separándolas y las deja reunirse solo una vez al año, en la
noche del siete de julio.
en
Poesía clásica china, 2001
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