Él decía Mis labios son racimos monstruosos
panteras que cantan
más dulces que los pájaros tan dulces de la colina
y los toros sangrantes de las grandes nubes oscuras
Él decía
Yo llevo en mi pecho
olas inmensas y ásperas
en medio de las flores tan bellas
de los días solemnes
Llamaba María
a una pequeña que llevaba legumbres
Él decía, él decía además
Yo soy una amapola
que despierta por la mañana el azul pálido de las bestias
en
L’Allure poétique, 1924
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