domingo, julio 02, 2017

Dos poemas de Fernando Sabido Sánchez




(1950-2017)



El vacío



En mis sueños siempre habita el vacío
que recorro en un vuelo ingrávido
por el olor a misericordia de las noches
Llego hasta el alba
y no tengo a nadie que me espere
hasta la luna se oculta para repudiarme
en un paisaje de sombras
más allá de la muerte

Cae gota a gota una lluvia
que desnuda con lamentos mi alma
y sobrevive el miedo a la inexistencia
Se tensa el vértigo y rozo con los labios
la belleza al perderse
en la luz impalpable de la negación





Eutanasia


…Pero de tanto pensar y recordar
el viejo cae aturdido. Y se duerme
apoyado en la mesa del café.
Constantinos Cavafis


Proclaman los hombres desde la cumbre
de su madurez que el célebre milagro de la vida
es una suma de contingencias, con los años
se han convertido en unos seres obstinados
tejidos con hilos de tiempo desiguales
y absolutamente asimétricos

Por lo que a mí me atañe, el postrer
empeño será despertarme día a día
e ir declinando en lo físico con la memoria
casi intacta,
anhelo impedir que unos psicópatas
ultra católicos se apropien de mis despojos
e inciten a los médicos a conectar cien cables
a un cuerpo clínicamente desahuciado,
que no se aprecie con certeza
si sobre el lecho de mi agonía
late el corazón de un hombre o de una máquina

A veces sueño que un anciano enfermo
y exhausto, en la plenitud de la consciencia,
dispone su muerte y se adentra paso a paso
en algún mar desconocido con la mirada fija
en la línea inaccesible del horizonte













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