I
Sé
que no me creerán como a espejo sin fondo
que
el movimiento clava tu vórtice de armadas
donde
momentos miles primero segundos en roca a pique
ya
me esperaban en ti girando.
Aunque
dijera que no tenías mar
ni
que toda tu espuma en tu interior de piedra habita
ni
por sangre espumosa esculpida menos viva
ni
carcomida,
sino
por la frecuencia de tus pecas algo se congregaba.
Porque
esperaban la que eras visible
si
es que alzabas las manos de concreto
puesto
vestido de labrador ya no tarjeta de visita
mientras
hay llamamiento de flores a piano
y
con tu duelo gigantesco gastas otra violeta
si
solitaria,
lo
cual no puede aunque posible.
Todo
ello en brisa regular compuesta a sentimiento...
Porque
esperaban miedo que te clamara a muerte:
"Yo
te comparo a un faro"
explicando
tu pelo despacio de la noche.
No
es comparando.
II
Yo
te proyecto desnuda por dentro
como
paloma leona interior a la tierra
sin
otra sustancia marina que tormenta.
Muerte
vida.
Pues
o no pasajero por tu frente
(no
en pensamiento aquí ni con veneno
que
ya serpiente río al pie descabezado
no
deja a playa crespa a cantos de sirena
que
foca hieda espuma se deshile
ni
húmeda tuna en brama de animales
largo
del arca, dentro quedas mansa
de
leonas de palomas de elefantes)
por
tu carne de piedra a tu pecho de leche.
Mito
en resumen, pero toco.
Vida
muerte.
Cuanto
camino da a tu ombligo
si
hecho raíces ánclote a fondo puerto de tierra
puerta
a mi tierra tuya a cerrojo sagrada.
Tesomosme,
Mesomoste.
Cavóte
sepultura en mi otro sexo.
Cávame
sepultura en tu otro sexo.
Muéreme
Vivóte Víveme Muérote
No
nos distingo.
Sésamo.
III
Confieso
que te arribo puerto si subterráneo
como
a la roca en sueño vegetal dormida viva
tengo
mi casa allí donde mi araña espero ciego
lo
mismo vivo o muerto que tu secreto como silencio.
en Antología de la poesía hispanoamericana contemporánea, 2004
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