Y de pronto el sillón
como si oyera
las primeras palabras de la lluvia
se está moviendo solo
en la esquina más lógica del cuarto
donde la luz es poca
y germinan unos zapatos viejos
Quién lo detiene ahora
después de ese relámpago
que levanta la falda a la vecina
de ese reloj dormido
desde las nueve y veinte que despierta
de este papel con flores
para ningún regalo donde escribo
Seguro de que todo es para siempre
en Del arco iris y el relámpago, Descontexto Editores, 2016
Originalmente en Cuarto de desahogo, 1993
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