No hará falta que pase mucho tiempo
para que se cumpla esta profecía:
o todos de pie frente a la Puerta
o todos de cabeza al Abismo.
Ahora supongamos que no hay Puerta.
De pie ante qué entonces.
Peor aún, lanzados a qué abismo.
Si todos los abismos son espejos
mejor no pensarlo si llegan a quebrarse.
en Terrores diurnos, 1982
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