miércoles, agosto 10, 2016

“Exilios IV”, de Manuel Illanes




¿No es acaso nuestra primera obligación
la de establecer la propia casa en el país natal?
Witold Gombrowicz

No vas a declinar tu nombre o tu patria
como Saint John Perse perdido
en el verso de su propio destierro.
No. Lejos de la Cruz del Sur, de las rocosas
alucinaciones de los Andes,
aturdido ante una suciedad
que no es aún la tuya
-toda ciudad un gran muladar-,
sin distinguir norte de sur,
caminante perdido en los laberintos
de la Señora del Inframundo,
DF infinito en que transitas
como hormiga entre hormigas.

No vas a declinar tu nombre, vas
a cargar tu invisibilidad
como una caja pesada sobre los hombros.
Tu jerga de chileno se entrampa
en la red de traidores vocablos, de Judas de yeso
que disciplinadas urracas pasean por las calles:
explosiones de petardos, la gloria del Altísimo
tantas veces proclamada se exhibe
en un desfile ante tus ojos.
Palabras termitas, palabras escarabajos
que taladran el silencio o se ocultan
debajo de una piedra para desafiarte,
escombros de imágenes, tiradero del Verbo.
¿Hay una realidad en la realidad?
¿Cuál de todas las palabras arrebatadas
a ese español que es como un sordo escupitajo
lanzado a la tierra que pisas
tiene una raíz profunda en el mundo?
Te entrampas en el vértigo de lo sobreentendido,
bajo tus pies se deshace el rugoso piso
de los lugares comunes, las increpaciones
una y otra vez escuchadas, te entrampas
como en aquella interminable fila
delante de la farmacia del IMSS
que debes enfrentar todos los meses
para recibir las insulinas que te permitan
vivir de este lado del precipicio.

Eres el  que entiende todo a medias
o malinterpreta los gestos, las frases.
Eres el que aún no deja de asombrarse
de ver a los muchachos enterrar
sus brazos y cabeza sobre una sábana
de vidrios molidos para ganar
unos cuantos pesos mientras el rugido
del metro que parte oscurece su fatigado discurso.
Eres el que no va a declinar su nombre
o su patria aunque tu cabeza se hunda
junto con la tierra en el infierno.


en Diario de un incendio, Inédito






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