Se vende el buey de trabajo. ¡Qué triste es su mugido!
La llanura ya no tiene pastor. ¿Cómo alimentarle? Se lo lleva el carnicero y el
buey no hace más que gemir. Afilando su cuchillo, el carnicero dice: “En tanto
hay campos para trabajar tú, buey, deberías vivir; pero los campesinos han
muerto y tú también morirás”. Entre los que miran hay un anciano. Se enoja y
dice que no se debe comer a los bueyes, pues en otras partes el hombre come al
hombre.
en Poetas chinos, 1958
2 comentarios:
OTRA MIERDA QUE NO SE SABE LO QUE ES,.-
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