© Versión de Juan Carlos Villavicencio
En una cumbre del norte entre nubes blancas
has encontrado la ermita que guarda tu paz;
y ahora, mientras subo esta montaña para verte,
alto vuela mi corazón junto a los gansos salvajes.
El tranquilo anochecer puede parecer un poco triste
si el clima de este otoño no fuese tan fresco y cristalino;
miro abajo la orilla del río, a los aldeanos volviendo a casa
mientras descansan en la arena esperando que vuelva el ferry;
hay árboles en el horizonte como si fueran césped
y contra el borde del río una isla como la luna.
Espero que vengas, nos encontremos y traigas una cesta con vino,
para que celebremos juntos la fiesta de esta montaña
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