Hoy
es su cumpleaños.
Debo
portarme bien
atenderla,
no perder la calma.
Le
hice creer que cocinaré
pero
compré la comida abajo.
Entrará
a esta habitación a las dos en punto
le
diré feliz cumpleaños, la besaré.
Luego
se sentará a la mesa
comeremos,
me contará de su semana.
Y
cuando llegue el inevitable momento
de
las preguntas que sé que hará
tomaré
su mano y le diré “Hoy no,
hoy
es tu cumpleaños”.
Es
probable que la invite a una siesta
que
me quite la ropa, me diga te quiero
y
deje sus reglas y líneas.
Sé
que volverán
irán
creciendo cada día
hasta
convertirla en animal de laboratorio.
Por
eso hoy me esmeraré en hacerla feliz.
Quiero
que este sea
nuestro
último día.
en Una mujer sola siempre llama la atención en
un pueblo, 2014
No hay comentarios.:
Publicar un comentario