Salmo
4
Óyeme
porque te invoco, Dios de mi inocencia
Tú
me libertarás del campo de concentración
¿Hasta
cuándo los líderes seréis insensatos?
¿Hasta
cuándo dejaréis de hablar con slogans
y
de decir pura propaganda?
Son
muchos los que dicen:
¿quién nos librará de
sus armas atómicas?
Haz
brillar, Señor, tu faz serena
sobre
las bombas
Tú
le diste a mi corazón una alegría
mayor
que la del vino que beben en sus fiestas
Apenas
me acuesto estoy dormido
y
no tengo pesadillas ni insomnio
y
no veo los espectros de mis víctimas
No
necesito Nembutales
porque tú, Señor, me das
seguridad
en Salmos, 1964
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