miércoles, diciembre 24, 2014

“El inquietante sueño del señor Kalowski”, de Aciro Luménics






He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos;

pero todos seremos transformados.

1ª de Corintios 15:51


Sobre vastos espacios dejados por un barco imaginario, yergue una sonrisa que desaparece a los fantasmas. En acuosos sitios, en impertinentes zonas, en lúgubres celdas sin barrotes de piel rasgada. Se mece, la tumba se mece... Se ve envuelto en gasas heridas, manchadas por una sangre que ya no le pertenece. La tumba se mece, le produce mareos, como un barco que ha zarpado. No está en el agua, no se embriaga, no respira el aire que se envicia (en la eterna planicie). Se droga con jeringas carcomidas por lamentos guturales que provienen de la superficie. El señor Kalowski se confunde. Asegura que está vivo. Pero no se reconoce ni refleja el pensamiento. Mira a su alrededor y observa el magma congelado, como piedras de un gran río de fuego que se arrastra sin moverse. Los árboles crecen entre las grietas y las serpientes se entrelazan a pesar de las miradas de odio que soportan entre sí. Kalowski no simula. Quiere salir y respirar. Se toma la cara entre las manos y adivina elípticas formas. Su voz produce miedo entre los que logran escuchar sus llantos. No comprende. Gira sobre sí mismo, dando vueltas que clarifican su dominio, volviéndolo negro, impenetrable y vacío. Grita como un demonio. Siente asco e intenta vomitar. La tumba se mece. Grita como un demonio. Gira sobre sí mismo. La tumba se mece… Sabe que ese limitado espacio está ocupado por vociferantes espíritus sobrados de existencia. Lo sabe. Mira a los demás. Ellos corren y se burlan. Unos pocos logran entender. Joseph Kalowski toma una decisión. No piensa en nada y en un ardid final demuestra su éxtasis vulgar, su grotesca sonrisa y execrable desencanto. Y vuela, vuela sin apuros, como un ave al interior de un sueño, hasta llegar al infalible día de los espejos vacíos.



en Seis mil relatos de ficción absurda, 1961








1 comentario:

No hay respuestas dijo...

Impresionante texto, traté de encontrar más información sobre el autor pero encontré muy poco ¿a qué se debe?
Increíble blog por cierto