Sube
el llanto
Por
un borde dividido
Por
un despertar
Hacia
la lengua y lo que viene
Yo
he perdido mi presencia
Yo
he dejado justamente el humo inesperado de mi cabeza
Sobre
la oscuridad que va moviéndose
La
muerte se conturba
Y
torna a su óxido redondo
Memorable
estar y llama
Mientras
el cuerpo se abre
A
su acto desconocido
Por
la arena o la mañana clavada a la noche
Qué
puede que podría poder el ruido del error
Ante
la mano caída de espera
Qué
podría el error opuesto al fin
Olvidado
de la sangre
Con
una persecución y un área de sal ahora
Yo
perdí mi presencia
Pude
haber el secreto de ir y venir
Por
el invierno
Qué
día y paso en la atmósfera de vidrio
Para
siempre.
en Obra completa, 2009
Edición, recopilación y notas: Juan
Abarca y Juan Manuel Silva
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