martes, octubre 07, 2014

“Pueblo de abejas”, de Winétt de Rokha







Fruto maduro, caerá de mi vientre,
palpita, se dora como un maizal en sazón,
nada le inquieta sino ser.

El viento lo agita, como a los cogollos de los álamos
los cantos queridos lo adormecen
cuando caen las hojas, como si cayeran
lágrimas sin llanto;
presiente el paso infantil de las cabras sobre la mañana,
el regreso de los girasoles de la tarde,
la Cruz del Sur, prendida
en el desnudo absoluto de la noche.

Después, se duerme como la hoja del bambú,
inclinado hacia abajo,
alargándose, como un péndulo,
sin brazos,
sin ojos,
sin voz,
materia sin sombra, acurrucada
en el vértice rojo de mis entrañas.


en Fotografía en oscuro, 2008











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