viernes, octubre 17, 2014

“La hombre”, de Zoí Karelli








Yo mujer, la hombre,
siempre buscaba Tu rostro,
que hasta ahora fue masculino.
De otra forma no puedo imaginarlo.

¿Quién es y cómo
está uno más solo,
furiosa, desesperadamente solo,
ahora, yo o aquel?
Creo que existo, existiré,
pero ¿cuándo existí sin él?
y ahora, ¿cómo estoy de pie, en qué luz,
cuál es aún mi propio lamento?
Oh, doblemente sufro,
de continuo me pierdo
cuando Tú no eres mi guía.
Cómo veré mi rostro,
mi alma cómo la aceptaré,
cuando lucho tanto
y no puedo adaptarme.

“Dado que la mujer
se adapta al hombre”.

No se distingue aún lo trágico
de lo impersonal, ni yo
puedo imaginármelo aún, aún.
Qué me ocurrirá conociendo tantas cosas,
ya sé en este momento
que de su flanco no me has sacado.

Y digo que soy persona íntegra
y sola. Sin él no crecía
y ahora soy y puedo
y somos pareja separada, aquél
y yo, tengo mi propia luz,
alguna vez la de la luna.
Dije: no desciendo del sol;
tengo tanto orgullo
que trato de llegar a él,
de superarlo, yo
que ahora me aprendo y plenamente
aprendo mi deseo de resistirlo
no quiero recibir
nada de él ni espero.

No lloro ni canto una monótona canción.

Pero resultará penoso
el propio desgarrón que premedito,
para conocer el mundo por mí misma,
para expresar mi propia palabra,
yo que hasta ahora existí
para admirar, respetar y querer,

ya no le pertenezco
debo permanecer sola,
yo, la hombre.



en Oposiciones, 1957









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