Esta
lengua, tan poco propicia
a
los meses que corren, arena
tan
blanda a los pasos del tiempo
que
siguen mis huellas, tan tenue
materia,
que encoge su forma
y
escurre por entre los dedos,
compone
los versos que empuño
con
fuerza y arrojo a la mesa:
veloces
palabras. Se estrellan
y
esparcen sus granos, que ordeno
más
tarde en estrofas saltadas
de
dos en dos. Cuento las horas.
en Especies intencionales, 2002
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