Por
mis lados dormidos, siempre en pos de una claridad
he
descendido hasta mirarme frente a frente.
Escribo
las tristezas con mi vieja flauta de sombras
mientras
en los vasos de vino bebo mis diversos rostros.
Sin
llorar despojándome de tantos enigmas mortales
aguardo
al alma que fugitiva viene de su pasado
buscando
una frente dormida para descender hacia la noche.
Quiero
estar solo en mi gran espectro, mis miradas desiertas;
mis
cantos me duelen por no terminar en su propio delirio,
apenas
reluzco en ellos, apenas voy escurriéndome
como
el rocío baja de los ojos de las sombras.
Quiero
ser mi propio testimonio, la realidad de mi signo,
mas,
¿qué pueblo inmenso galopa, respira, sufre?
El
pecho de raíz turbado está con ajenas substancias.
Vacila
esta vena que entra a mi frente desde el crepúsculo
tan
vasta como el pasado de fuego de una estrella;
de
luz me deja sus señales mas su conjuro no alcanza,
que
esta frente asila también malignos nudos.
¡Ah!
el alma vuelve a huir con los pies helados del espanto,
adentro
mío con cilicio estoy para devolver al día.
en Vigilia por dentro, 1931
1 comentario:
Gracias por compartirlo. Es tan dificil hallar uno de sus libros.
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