Me levanté temprano
sin conocer la aurora,
¿te acuerdas de ese día de mentira?
Tu vida era tu vida,
la mía otra historia
y el mundo era testigo de los días.
Sólo quiero cantar en presente y poderte decir,
pero muda quedó la palabra y no quiero mentir.
Me quieres desde lejos,
te abrazo cuando vienes,
mi canto era distinto antes de ti.
Hubiésemos vivido
la historia de las gentes
y nos habrían visto sonreír.
La ciudad no es la misma, no es la que quisimos compartir,
no tenemos las manos, no hay a quién mirar,
tus ojos se apagaron, a quién voy a cantar.
¿Dónde se han ido los días de amistad,
dónde está lo hermoso que fuimos a sembrar?
Y maldigo el presente sin tu nombre
y tú tienes don del de tus labios el cantar.
Préstame tus manos,
sumemos soledades,
si viene algún amigo somos tres.
Rompamos las distancias
de aquí hasta el mañana
y así podremos cantarle al amor.
Sólo quiero saber quiénes miran hacia donde miro yo,
quiénes son los que enredadas las manos se acuerdan del cantor.
No vacilaremos en tenderle una canción,
un millón de voces le dirán que no fue en vano
que nos diera de su boca el pan del aire y una flor,
Víctor gran ausente desde siempre te cantamos los que…
No vacilaremos en tenderle una canción,
un millón de voces le dirán que no fue en vano
que nos diera de su boca el pan del aire y una flor,
Víctor gran ausente desde siempre te cantamos los que…
en A mi ciudad de Santiago del Nuevo Extremo, 1980
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