Ayer un drogón trató de secuestrar el dirigible de Good
Year para llevarlo al festival de rock & roll en Aspen… llevaba una
guitarra y un cepillo de dientes y una radio a transistores que según él era una
bomba… “Mantuvo en vilo a las autoridades”, dice el LA Times, “durante más de una hora, alegando que era George
Harrison, de los Beatles”. Se lo llevaron arrestado, pero no pudieron decidir
cuáles eran los cargos así que fue a parar al manicomio.
Mientras tanto las colinas siguen desmoronándose, arrastrando
casas, sepultando caminos. Ayer cerraron dos carriles de la Pacific Coast
Highway entre Sunset y Topanga… Cuando pasamos por ahí en el convertible
británico de juguete de McGarr rumbo a la casa de Gover en Malibú, vimos dos
casas que colgaban en el vacío colina arriba, una nube de polvo caía aún de sus
cimientos. Era sólo cuestión de tiempo, y no había ningún remedio capaz de
evitar que ambas se desplomaran sobre la autopista tarde o temprano. Siguen
socavando las colinas para ofrecer más terrenos a la construcción, siguen
cavándose sus tumbas. Los incendios forestales arrasan con todo en verano, las lluvias
generan aludes en invierno… erosión masiva, fuego y barro, y un terremoto
anunciado para abril. Pero a nadie le importa un carajo.
Hay semillas de marihuana por toda la alfombra de mi
habitación de hotel… cuando me agaché para atarme los zapatos y tuve una visión
a ras del piso fue como si alguien hubiera iniciado una plantación casera. Me
recuerda aquella habitación de hotel de Missoula, Montana, que llené de
ladillas… las fui juntando una por una, y las soltaba en mi habitación… hasta
que me tuve que ir a Butte. Y aquella otra vez en ese hotel en que llené uno de
mis zapatos de marihuana y los ácidos de John Wilcock [1]: tremenda escena en
la frontera canadiense, yo con toda esa droga, incapaz de recordar dónde vivía
cuando me preguntaron mi domicilio… creí que había llegado mi fin, pero después
me soltaron.
Y ahora, por puro accidente, leo “Propiedad de Fat
City” (léase Oscar-trueque-autopreservación-pillaje) en el costado de mi
máquina de escribir. ¿La robé en algún lado? Sólo Dios sabe… Semillas por toda
la alfombra y una máquina de escribir ajena. Vivimos en una jungla de desastres
inminentes, caminamos perpetuamente por campos minados… ¿Caerá mi avión mañana?
¿Y si lo pierdo? ¿El siguiente caerá también? La casa de unos amigos de Gover
en Topanga se incendió anoche, no salvaron nada salvo un Cézanne. ¿Dónde iremos
a parar así?
[1] John Wilcock fundó el Village Voice, acompañó a Timothy Leary
en su experimento psicotrópico mexicano cuando a Leary lo echaron de Harvard,
ayudó a Andy Warhol a crear la revista Interview,
escribió cuatro libros de viaje Frommers “Con 5 dólares al día” (Grecia, Japón,
India y México) y en 1971 publicó La
autobiografía y vida sexual de Andy Warhol. (N. del T.)
Originalmente Screw-jack, 1991
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