jueves, mayo 17, 2012

“Embriagada por las sombras de la flores”, de Yü Ch’ing-Tseng







Un cúmulo de nubes vespertinas.
El perfume de las flores
En la obscuridad. Una melodía
Tocada con arpa acompaña
El recitado de la poesía. El humo
Se eleva de los caracteres
De sello del reloj de incienso.
Cerramos la puerta corredera
De seda, bajamos las cortinas de
La cama y susurramos las
Palabras que no debe oír nadie
Más. La luz de la luna fluye
Como agua. El mundo entero está en
Calma. Mi joven amante sabe
Leer mis pensamientos. Riendo,
Lavamos el maquillaje de
Mi cara y nos contemplamos en
El espejo haciendo el amor.




Finales del siglo XIX







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