martes, agosto 02, 2011

“La partida”, de Edmundo Paz Soldán







Febriles, ardorosos, los ajedrecistas se obstinan en una batalla sin tregua, plagada de estallidos de sangre y, a veces, de sutilezas. El que lleva las fichas blancas posee la iniciativa, domina el centro y las columnas clave, manipula los hilos del enfrentamiento. El otro, el de las fichas negras, sabe desde la tercera o cuarta jugada la inexorable derrota; sin embargo, juega con visible placer: faltan muchas horas para la inclinación de su rey. Acaso en el tiempo que le resta descubra, viva algunas jugadas hermosas, acaso algunas combinaciones lo exalten, acaso descifre alguna de las infinitas, imprevisibles claves del juego.




en Las máscaras de la nada, 1990














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