domingo, julio 17, 2011

“Presagio”, de Andrés Morales Milohnić







El hombre que adivina su única condena.
El hombre que marchita su mirada limpia.
El hombre que destroza su fe y su esperanza
es casi como un sol que nunca amaneciera,
es casi como el agua sin ritmo ni alegría.

Piedra sobre piedra. Llanto sobre llanto.





en Demonio de la nada, 2005














2 comentarios:

RoseMarie M Camus dijo...

Gracias querido Andrés.
Me hace sentido tu poema.
Me agrada leerte.
Besos.

Anjo de Batalha dijo...

¡Gracias por compartir!
Saludos & ✿