lunes, junio 13, 2011

“Once upon a time”, de Antonio Cisneros







Anoche vi una película, ya comenzada, en la televisión. No sé cómo se llama, pero sé que fue hecha en los años sesenta. Las ropas de colores, cierto humor, el desenfado previsible y obligatorio la denunciaban como tal.

La trama transcurría, para variar, entre el Londres de los Beatles y la deslumbrante Niza. Los personajes, para variar también, eran todos artistas y escritores o, por lo menos, cultos. Sin embargo, estaban dotados de una gran sensibilidad social (alguna referencia a Biafra y otra a la guerra de Vietnam) y tenían marcadas preferencias por el mundillo de los marginales.

Las películas de los sesenta me aburren a morir y, a veces, me hacen daño. Tal vez porque a menudo esas historias me recuerdan mis vidas anteriores. Al fin y al cabo, yo también he pasado (no sé si los mejores) siete años de mi vida entre Londres y Niza. No en el oscuro umbral del polizón sin visa o el turista pacato, sino como un muchacho bienamado y feliz.

El viejo film sin nombre. Puedo reconocer cada rincón de la Promenade des Anglaises y cada bar de Kensington Street, mis barrios cotidianos y simples como un pan, convertidos ahora en grandes imposibles, quimeras infinitas para los pobres diablos. Para los pobres diablos, como yo, en la noche de Lima y en el 30 de agosto de 1993.




en Ciudades en el tiempo, 2001














No hay comentarios.: