Mueres exactamente en esa actitud de burla, inmundo parásito
de la vacía ordalía.
Mueres exactamente con ese aspecto, en toda tu diarreica posesión
de tu elevado rango.
Tu cieno bajo el sol, agente de la podredumbre en mi gran
corazón marinero. Eres tú.
Es tu miserable juicio de mi asunto amoroso.
Una blanca mariposa parpadea como el final de una película doméstica, y me da palabras, y con ella puedo construir un mundo en el que tú puedas menearte, un mundo grande, complejo y verdadero, en el que resultó ser el amante después de todo, y tú resultas ser tan sólo estúpida, pero perdonada en un granizo de semillas.
¿Cómo puedo ponerte a dormir? ¿Qué piedra tallada, qué inscripción podrían mantenerte yacente? Me detestas porque carezco de temple. Sobre tu fatiga alzamos el emblema de la victoria. lnhalamos profundamente la fragancia de tu rendición.
Es exactamente mediodía. Yo soy la falsa voz del armisticio. ¿Quién espera tras tus ojos idiotas el golpe final?
en Death of a ladies' man, 1978
Versión de Antonio Rasines
Versión de Antonio Rasines
1 comentario:
Me cayó pésimo Leonardo Cohen.
Me pareció un pavo frio, echando afuera incoherentemente desazón e indiferencia que no comprende.
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